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ARTEVIRGO, desde La Aldea, miradas y voces

LA RAMA DE LA ALDEA YA ESTÁ BAJADA

 


Una masa compacta de gentes de todas las edades bailó, ramas en mano, al son de la Banda de Agaete en la catarsis anual que preludia el remojón ritual de El Charco.

 

Desde las cinco de la tarde, con un bochorno espeso, bajaron desde el Almacén de los Picos para llegar, pasadas las diez de la noche al Barranquillo Hondo.

Una multitud de gentes excitadas por la alegría y alguna que otra copa cumplieron con el rito durante más de cinco horas de saltos, agachadas y manos arriba.

No hubo incidentes salvo algún caso aislado de exceso de alcohol, atendido por los servicios de sanidad con la mayor de las prontitudes.

A pesar de algún resto de afán carnavalesco, en este año podemos decir tranquilos que parece que en la Rama de La Aldea ya se va cogiendo tino y se evitan los disfraces, las caras pintadas o los mamotretos y trastos alzados al aire. La práctica totalidad de los danzantes agitaban ramas de pino en una muchedumbre más compacta que la de otros años.

Eso sí, ya sería cuestión de ir eliminando tambores y batucadas completamente ajenos a la tradición que, un año sí y otro también, casi consiguen dispersar a la jarca de seguidores de la costumbre.

A pesar de estos detalles, podemos decir que ha sido una Rama preciosa y bailada con todo el sentir aldeano.

Guarden fuerzas, que quedan Romería y Charco por delante. Afinen los timples y preparen las guelderas los fiesteros de pro, aldeanos y visitantes.

 

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1 comentario

Mª LUISA QUINTANA HDEZ -

Muchas felicidades por este reportaje, tanto literario como fotográfico.