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ARTEVIRGO, desde La Aldea, miradas y voces

PAISAJES EN EL RECUERDO.LAS ALCANTARILLAS OLVIDADAS

PAISAJES EN EL RECUERDO.LAS ALCANTARILLAS OLVIDADAS

La ingeniería civil española de principios del siglo XX con los proyectos oficiales de construcción de carreteras estuvo a la vanguardia tecnológica en todos los aspectos del trazado de estas. Pero los presupuestos oficiales no permitían muchas obras de fábrica y  las carreteras había que plegarlas excesivamente a las curvas de nivel de los terrenos y si estos eran fragosos el trazado se iba al fondo de barrancos y barranqueras donde pequeños pontones y alcantarillas cumplían su cometido.  No obstante los proyectos no dejaban ni un solo tramo de badenes por donde las aguas discurrieran en superficie. A título de ejemplo digamos que en la carretera de Agaete-La Aldea  se diseñaron bajo su firme más de 200 alcantarillas, pontones, caños… para el discurrir de las aguas pluviales, a veces tumultuosas, sin interrumpir el tráfico. Otro ejemplo es la carretera del Pueblo a La Playa de La Aldea cuya construcción se inició allá por el año 1917, para lo cual se construyeron diez alcantarillas un puente-badén y solo dos badenes. Y de las alcantarillas de La Playa al Pueblo va nuestro relato de hoy, a golpes de recuerdos, sin que estos puedan considerarse como tesis concluyentes de información puesto que no la hacemos con método histórico sino simplemente en ese marco conceptual de paisajes en el recuerdo.

Dicen que alcantarilla viene de alcántara y que esta es una palabra de lenguas románicas como el castellano y portugués derivado de árabe (القنطرة) Al-qantara, que significa «puente». Quizás el más famoso de ellos sea el Puente de Alcántara en Toledo o la ciudad extremeña de Alcántara o la argelina de El Kantara en la provincia de Biskra. O sea que alcantarilla es un puentillo un  pontón pequeño. En efecto, nuestras las alcantarillas eran desagües pequeños, por lo que cabía un hombre agachado y los niños tocábamos su techo con la mano fácilmente. Las conocíamos a todas en nuestro trayecto de ir y venir a la escuela. Eran puntos de escondite en los juegos de niños y, además, nuestros servicios públicos.

Si la memoria no nos falla, que siempre suele fallar en algo, la primer alcantarilla desde La Playa al pueblo se ubica en el barranquillo de La Caletilla (subsiste), seguía otra en las casas de La Playa, junto a los bares de hoy (obstruida completamente), luego a pocos metros estaba la de Los Caserones, junto a los apartamentos de Los Leones (obstruida también), después otra de doble hueco, a la salida de Los Caserones (subsiste) y tras cruzar el barranco por el puente actual al final del badén estaba un pontón (subsiste pero inutilizado porque las aguas del barranquillo de las Gambuesillas ya no pasan por este, hasta que algún día vuelva por su cauce). En fin que aún sin empezar a subir hacia el Pueblo ya hemos contado varias salidas de agua bajo la calzada, de las cuales tres obstruidas o inutilizadas hoy. El barranquillo de las Gambuesillas en su intersección por la carretera general, allí en Los Árboles (eucaliptos plantados al mismo tiempo de la construcción de esta carretera) carecía de puente y en su lugar solo había un badén pero poquito más arriba, en las casas de La Marciega, se hallaba otra alcantarilla (hoy obstruida), luego otras más: en la Vuelta de Abrahanito (subsiste), en El Cruce (sustituida por desagüe subterráneo insuficiente), en Los Majanos (obstruida)… hasta el badén del barranco de Las Canales en El Albercón. Pocos metros más arriba, en este mismo barrio, nos encontramos con otra alcantarilla, frente al bar de Tato Cabrera, La Gañanía (obstruida) para llegar al barranquillo hoy conocido como el de Las Panchas cuyas aguas discurrían en superficie sobre badén. Y entramos en Los Espinos donde entre el Árbol de Los Sánchez y la Casa de Carmita Díaz había otra alcantarilla, doble y de mayor altura (luego obstruida para recientemente volver a reconstruir eficientemente). En El Barranquillo Hondo teníamos, junto a la entonces Gasolinera  (de Paulino Ramos) y almacén de Angulo (hoy Toyota), otro desagüe (obstruido) para, tras avanzar la carretera por todo Jerez se llegaba a La Ladera, a las Rapaduras, punto denominado así porque después de 1917 se colocaron unos cuatro volúmenes tronco-cónicos de piedra, como protección; aquí había una alcantarilla doble, de mucha luz, que conducía bajo la carretera a las aguas del barranquillo de La Hoya del Viejo (hoy obstruida con cemento para darle mayor consistencia) y junto a la misma, una vez que se construyó la vía empedrada de La Ladera, La Cuestilla, a principios de los cuarenta, en su base se trazó para conducir las aguas de dicho barranquillo bajo la misma otra alcantarilla de un solo hueco de techo abovedado, concretamente bajo El Pilar; de esta forma, las aguas pluviales que desde Los Cardones Bajos y Hoya del Viejo, una vez llegaban a la Palma de Mianito, si no podían ser conducidas por la  Acequia Real, seguían hacia abajo y por las dos vías  de desagüe(Cuestilla de La Ladera y carretera general), hasta La Rosa sin interrumpir el tráfico. En estas dos alcantarillas de La Ladera recordamos los mil enredos infantiles en los juegos a “manos en alto” adonde también desembocaban las aguas tanto de la Acequia Real como la del molino de agua de allí, el Molino de La Ladera como se lo conocía antiguamente antes de la ubicación entre 1917 y 1920 de las referidas rapaduras. Ante la obstrucción intencionada de ambos desagües vemos hoy, en tiempo de lluvia, en el mismo cruce de la carretera hacia Mogán, que este nudo de comunicaciones se vuelve intransitable, avanzado ya el siglo XXI.

Y es a donde queremos ir a parar. En este trayecto de carretera general del Pueblo a La Playa había tantas alcantarillas que en tiempos de lluvia revueltos cumplían eficientemente su misión de las cuales más de media docena fueron taponadas haciendo que las aguas pluviales  de nuestros barranquillos discurran por la superficie de nuestra carretera, en tiempos de tanta sabiduría tecnológica, de tantos ingenieros con años de estudios sobre el cuerpo y de tantos presupuestos públicos de carreteras invertidos en mil rotondas, monumentos y viaductos.

A todo esto debemos indicar la especificidad de que en toda la circunvalación de la Isla, este era y aún es en algunos tramos,  donde las aguas pluviales discurren sobre una vía general. E incluso habiéndose realizado recientemente pontones al no conseguir que las aguas de algunos cauces discurran por los mismos; caso de el barranquillos de Las Panchas en este último temporal.  Y aún más podemos ver donde barranquillos asfaltados para el tráfico rodado interseccionan las vías generales generando el caos con las lluvias.

Por último no queda una duda donde la ingeniería actual parece incuestionable: ¿son suficientes los desagües que actualmente se están construyendo en la nueva carretera de Agaete-La Aldea en prevención de las grandes avenidas centenarias, si es que está bien expresado el término. La historia actual de inundaciones y rotura de desagües, de urbanizaciones inundada y demás efectos negativos de temporales… solo tienen una explicación: falta de previsión de ciudadanos que construyen donde no deben hacerlo, autoridades que se lo permiten e ingenieros que mal planifican las obras públicas y privadas. Es el desatino humano, la huella antrópica que pretende desnaturalizar la Naturaleza, la que tarde o temprano pide paso por donde siempre ha pasado.

 

FOTO: Enero de 1979.  Carretera general obstruida por el barranco de Las Canales, El Albercón. Francisco Suárez Moreno.

3 comentarios

Doramas -

La naturaleza es cíclica y más pronto que tarde volverá por sus fueros, entonces y solo entonces, veremos la realidad de la naturaleza, después que no se quejen.

Siso -

"Mercu beaucoup", que no sé si está bien escrito, amigo Enrique, por los comentarios.
En el afán de mover un poco esta página web cultural aldeana, que deseamos sea de quilates más allá del nivel dieciocho, me puse en el ordenador y salió esto de los desagües de las benditas aguas pluviales, recordando el enfado de uno cuando va por nuestra carretera general, en tiempo de lluvia, y la ve cortada por haberse permitido la obstrucción de esas vías de agua. Al respecto del texto, algo a la carrera, mostré a Marcial mis dudas por el contenido pero él sobre la marcha la subió; a lo que le indiqué: "Marcial, el recibo está bueno que recoge hasta la P".
Sobre el Puente-Badén de La Marciega a Los Caserones que em hablas. Se le conocía por El Badén; en efecto, tras el pontón que está en La Marciega Baja en Las Bandillas, continuaba un largo badén sobre el barranco grande hasta la margen derecha donde había unos dos o tres ojos, no recuerdo ahora, para el desagüe del barranco; insuficientes que fueron el miércoles 16 de diciembre de 1953, cuando al anochecer las aguas desbordaban la obra y por socavón continuado se llevó toda la obra y el pueblo se quedó incomunicado, según contaba Luis Romero Sánchez y Jacinto Godoy Suárez, concejales al periódico La Falange. Contaban que solo aquel día había caido 91 litros en la parte alta del valle y 75 en la zona baja. Recuerdo que aquella noche me había quedado casa de mi tía Felipa, en La Marciega y al amanecer desde la azotea,medio endormitado recuerdo veía el barranco allá abajo de una punta a otra sin puente alguno y enfrente, en Los Manantiales, también de un lado a otro habiendose llevado fincas, entullido pozos y demás destrozos.
Enrique: me he complicado mucho con la respuesta; saludos.

Enrique García Valencia -

Siso, hay una alcantarilla que, enredado con tantas de orden físico, has dejado de mencionar: la Alcantarilla Mayor (a veces badén) de la Investigación Aldeano-Canaria Sistematizada, o sea, tu deleite y oficio: escorrentía por donde discurre tu buen hacer, contrastado, diario y reglado de una tarea con la que te empeñas en darnos lo mejor de tus estudios de la historia reciente complementada con tu minuciosa labor investigadora de campo.

Gracias, había datos (yo soy de arriba) de los que no me acordaba.

Debo añadir que uno de los lugares más atrayentes y mágicos para mí, siempre ha sido el Barranquillo de Las Gambuesillas y... El Badén, quizá sea algo atávico, no lo sé ni me lo planteo; pero..., a pesar de los años, me puedo quedar (a veces) algunos segundos colgado en la contemplación de sus riscos y aristas, extasiado con su conformación, con su diseño lógico e inclinado hacia La Marciega de mis entretelas.

Paco, saludos y salud.