Nefertiti: la hermosa ha llegado, he aquí a la bella

    Leo en iblnews una noticia de agencias según la cual Egipto reclama a Alemania la devolución del busto de Nefertiti , la reina diosa, esposa del faraón Ajenatón . Hasta su mismo nombre invita a admirarla: significa “la hermosa ha llegado”, según dicen los estudiosos del Egipto Antiguo.

    Personalmente, como a tantos otros, me fascina desde niño todo lo que tenga que ver con la historia antigua de este país africano y se me mezcla el gusto por la belleza, la curiosidad por el halo de misterio en que la literatura y el cine lo han envuelto e incluso por las locas teorías de su procedencia divina o extraterrestre.

    Pero pienso que ya está bien de tanta bobería: el busto de la bella reina es otro desgraciado ejemplo del colonialismo al que se ha sometido a este pueblo y a tantos más.

    Me da pena leer que los egipcios están dispuestos a conformarse con que solamente se lo presten un tiempo para exhibirlo y me pregunto si tienen derecho países como Alemania, Francia, el Reino Unido y cualquiera a quedarse con el producto de las guerras, la rapiña, las compras con subterfugios y demás ardides. Me imagino que el obelisco de Ramsés II, situado a la fuerza en la Place de la Concorde de París, no pinta nada ahí, adornando una rotonda, como tampoco pintan nada en Francia o en Inglaterra las colecciones de cráneos y otros restos de los aborígenes canarios “comprados” por sus cónsules en tiempos pasados.

No se me ocurre ninguna razón de peso que justifique a estas alturas de la historia esos expolios, sobre todo teniendo en cuenta su origen y que siempre están teñidos de un torpe pero efectivo paternalismo que se ejerce sobre países que en un tiempo fueron invadidos. Tampoco me imagino ninguna pieza de valor histórico o artístico de los países colonizadores albergada en museos de Túnez, India, China o Senegal. No creo que ni siquiera esté permitido imaginarlo.