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ARTEVIRGO, desde La Aldea, miradas y voces

el otro motorista fantasma

el otro motorista fantasma

    Cuando me enteré de que el héroe de mi niñez, por fin, había merecido una película para él solito, me emocioné. Después vi el anuncio en televisión, las entrevistas al siempre excesivo Nicholas Cage, los anuncios en los periódicos, las tracas y la bulla, así hasta la saturación, la necesidad exasperante de ver la película. Vino un amigo y me pasó una copia de video screener (pantallazo azulado semiaudible), que casi llegué a ver.

    A punto estaba de verla, pero me decanté por recordar todos esos ratos de mi infancia leyendo tirado en cualquier rincón aquellos cómics que nunca recuperaré. Y elegí quedarme con esas emociones lejanas, reservadas a unos pocos bichos raros como yo (¿frikis?), que preferían gastarse el dinerillo del cine en comprar tebeos, chistes y cómics en la tienda de golosinas que había enfrente de la sala de proyección (Moderno Cinema).

    Y cuando estaba superando la contradicción entre traicionar mis recuerdos o traicionar mi gusto por el cine, hete aquí que echando un vistazo por el youtube, por pura casualidad, buscando bromas, di con una versión anterior e insuperable de Ghost Rider. Entonces la risa despejó por completo las añoranzas o los sentimientos de culpa. Después de ver este vídeo, no merece la pena estropear la magia viendo la versión norteamericana.

    No pienso ver la tuya, Colacho. Me quedo con esta:

 

 

 

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