LAS PRIMERAS GALAS DEL CHARCO ¡¡YO ESTABA ALLÍ!!
Y no solamente yo. Allí estuvieron Venturita (Buenaventura Araújo, el director de La Banda de Música), doña Carmen (la esposa de D. Tomás Fernández, el farmacéutico), Juan León Martín (mi tío, uno de los pocos “superdotados” que he conocido en mi vida), Isidro y Ofelio (entrañables amigos de mi adolescencia, músicos con quienes compartí inolvidables momentos musicales), Juanito Ramírez, Landita, Expedito, Akito (el hijo de Facundo, el carpintero), Benjamín (el de los Cercadillos), Carlín y Benjamín Ojeda (hijos de Félix, el dueño del Bar de La Plaza), Celestino y Marilola Suárez, Lucía y Néstor José León (hijos de Miguelito, el de la Horchatería Central), Cilita, Eldita, Mary (del Barrio), Pilar (la mujer de Ramiro, que estrenó nuestra célebre canción “La Aldea”, de Miguel León Martín y Tomás Fdez. Tréllez), Faustinita Suárez (de los Cercadillos, y primera intérprete de la canción “Playa de La Aldea”), Herminio (hijo de D. Gregorio), Paco Camejo (como lo conocemos en La Aldea; en realidad, Paco Ramos Camejo, del barrio del Convento), Landita (Hna. de Tomás el del BBVA) y un gran número de aldeanos —que aún viven y pueden corroborar lo que aquí expongo— que colaboraban en el decorado (en la 1ª Galas del Charco no había), los diseños de los vestidos… personas que me tendrán que perdonar por no haber sido mencionadas en esta pequeña semblanza.
-La rondalla formada por notables músicos aldeanos y que dirigía, asimismo, Miguel León Martín —quien además propuso su nombre ALAS DEL NUBLO— nos interpretaba obras de Beethoven, Brahm, Mozart y Verdi, entre otros grandes maestros de la Música, aparte de canciones populares canarias, con arreglos musicales de la mencionada persona.
-Por otra parte, su hermano, Juan León Martín —con un bagaje cultural y conocimientos que muchos quisieran— se encargó de las coreografías del grupo de bailes canarios, llevando a la praxis una materia que él conocía como nadie y que fue fruto de una minuciosa investigación.
-D. Buenaventura Araujo y yo —con dos acordeones— y Doña Carmen (profesora de piano y sra. De d. Tomás Fdez., el farmacéutico) interpretábamos la Marcha Turca, de Mozart, entre otras obras.
-Se llevaban a cabo arias de ópera y romanzas de zarzuelas (La del Soto del Parral, La Tabernera del Puerto, La Gran Vía, El Barbero de Sevilla, entre otras). El coro de Las espigadoras fue algo excepcional, así como los duetos de Celestino-Marilola Suárez (q.e.d.), o Néstor León-Marilola Suárez.
-Había actuaciones individuales, como los boleros de Akito (el hijo de Facundo) que tenía una voz que recordaba a Javier Solís.
-Por otro lado, Landita tenía una voz excepcional que hacía las delicias del público con sus rancheras y corridos mejicanos.
-Expedito también tenía una voz interesante con sus canciones de la época. En su actuación, el público le hizo repetir dos veces el popular tema de ese tiempo “Popotitos”.
También destacó un cuarteto que integraba Carlos Ojeda (q.e.d.) , Expedito Suárez, Juanito Ramírez y Néstor José León, que nos ponían al día con las canciones más populares de ese tiempo.
Estoy seguro que se me quedan atrás muchas otras cosas; actuaciones de personas que aportaron su quehacer no sólo en el escenario, sino en la sombra, el lugar que muchas veces se reserva a los genios.
En fin, fueron y son “muchas” las personas que intervinieron, que gr. a D. continúan con vida y pueden dar fe de que todo lo que aquí señalo es la “pura verdad”.
Al hilo de todo ello, “hay algo que me apena enormemente”, y es que a nuestro querido y elogiado amigo Ciso alguien —en lo que se refiere a Las Galas del Charco, y aprovechándose de la excepcional y reconocida labor que realiza como investigador — le ha “colado” una información que “falta totalmente a la verdad”, y él no se merece esto. Posiblemente, alguna persona en quien él confiaba lo hizo, y no sé, ni me interesa con qué intención.
Y ¿por qué explico todo esto?
La razón es sencilla: “porque mucha gente, muchos aldeanos y aldeanas de las nuevas generaciones no lo saben, y algunos de las antiguas no se acuerdan —o por su proyección en extraños intereses, que no merece la pena mencionar, no les “conviene” decir cómo se fraguaron estos eventos y, lo que es peor, se erigen incluso en partícipes de su autoría—, pero se da la circunstancia de que YO ESTUVE ALLÍ. Además, tengo fotos de TODO y, asimismo, el propósito de enviarlas, en breve, al amigo Marcial para que las publique, si procede, en la página aldeana de ARTEVIRGO, de forma que todos podamos disfrutar “la realidad” de estos entrañables recuerdos.
Sin embargo, algo muy importante no debemos obviar, y que sirve para desmentir categóricamente las falacias que se han inventado algunos (o alguno) personajes, y que han pretendido con ellas “rayarse un millo” : el “alma mater” de este invento, quien le dio el nombre a este espectáculo, quien se “pateó” La Aldea en busca del material humano para estos eventos, quien diseñó los decorados, quien enseñó a cantar y actuar en interminables horas de ensayo y sacrificio, y montó las coreografías tiene un nombre, MIGUEL LEÓN MARTÍN (o si lo prefieren, Miguelito, el de la Horchatería).
Por todo ello, se debiera corregir, o en su defecto editar una “fe de erratas” en próximos comunicados festivos —aunque sea con carácter retroactivo— en el programa de Las Fiestas de La Aldea de San Nicolás con el motivo de que la ignorancia no cunda más en un pueblo que “no se lo merece”.
NÉSTOR JOSÉ LEÓN
4 comentarios
julian valencia -
Juan Antonio Quintana -
Mi reconocimiento de corazón a todos aquellos que pusieron toda su voluntad para que salieran perfectamente las Galas del Charco. Es parte de la historia de nuestro pueblo que se deberá conservar documentalmente para generaciones venideras.
La Aldea ha sido cuna de grandes personajes que conforman nuestra historia, como poetas, narradores, profesores, músicos, constructores, deportistas, historiadores, además de luchadores por el derecho a la propiedad de la tierra, en el Pleito, y otras gentes que no son tan conocidas, pero que cada una de ellas puso todo su esfuerzo por el progreso y bienestar de su familia y, por ende, de nuestro pueblo.
Te agradezco, Néstor, por esta explicación detallada, pues ignoraba quiénes participaron y qué esfuerzos realizaron con el fin de que fueran unas Galas tan hermosas como La Aldea se merecía.
Estoy seguro que todos los aldeanos tendrán los mismos sentimientos que yo, pues sembraron la semilla para otras Galas y festejos que se celebraron posteriormente.
Un abrazo.
Juan Antonio Quintana (el de Purita)
Orlando Diepa -
Ezequiel Ramírez -