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ARTEVIRGO, desde La Aldea, miradas y voces

IMÁGENES

TENGO, TENGO, TENGO Y NO TENGO NADA (2)

TENGO, TENGO, TENGO Y NO TENGO NADA (2)

Tengo un duraznero florido, les decía, al que de vez en cuando llega en silencio un mirlo, una tórtola, un pajarillo papirrojo y, después de la primavera, cuando se cubre de verdes hojas y frutos se acercan muchísimos palmeros de sonoros trinos. Si yo tuviera paciencia cuántas instantáneas de colores podría haber sacado de este marco de mi ventana, pero sólo a veces me detengo en ese don que siempre me ofrece mi ventana. Y pienso, comentando estas dos fotografías, qué ingrato soy al no detenerme más en mi duraznero teniendo, además, mi mágica Nikon D-70 con la que he captado estas dos imágenes a distintas horas del día.

Tengo duraznero florido, les decía, tengo mirlo, tengo tórtola, tengo papirrojos y palmeros, siempre tengo soles y lunas… pero no tengo nada, porque no quiero tener tiempo para disfrutar de ellos, ni siquiera para plasmarlos en imágenes fotográficas y disfrutar de esos dones, como pueden apreciar en estas dos instantáneas que les ofrezco a los lectores de artevirgo.blogia.com. Y así somos con tantas cosas gratis y agradables de la vida, de la Naturaleza, de la convivencia vecinal…

Saludos. Siso

La Palmilla a 21 de marzo, primer día de la primavera de 2006

mar de nubes

mar de nubes
Una fotografía tomada desde un avión, poco después de despegar de Gando con destino a la Península. Durante los diez días que estuvimos fuera, la imagen volvía una y otra vez a nuestro recuerdo, como un ancla que nos mantenía unidos a las islas. Fue de veras un viaje agradable y enriquecedor (todos deberían serlo), que nos sirvió para cargar las pilas, después de meses de rutina, trabajos y preocupaciones cotidianas. Mientras duró, apenas vimos el mar, pero en nuestra memoria nos acompañó el mar de nubes que, guiado por los alisios, nos da un clima único, el clima de las islas de los felices.

luna en el blanquizal

luna en el blanquizal

Aquí una imagen que rescaté del disco duro y que no borré por casualidad. Con el trabajo que me costó esperar a que hubiera una noche de luna llena, con el cielo despejado por completo. Desde luego que tuve que retocarla un poco para que se notara más la silueta de la montaña, y además el resultado ganó: la imagen quedó con un tono envolvente, lechoso, que le dio cierto misterio.

A mí me hace recordar el tiempo en que de niños andábamos barranco arriba, barranco abajo, en las noches de verano, huyendo de cucas y mosquitos zumbones (casi vampiros). En aquellas correrías saltamos más de un muro y, noche con noche, íbamos catando las uvas ajenas, con deleite, comentando su madurez, su bouquet. Es que éramos unos vividores y no lo sabíamos.

al viejo molino

al viejo molino

Triste y hermosa estampa, de otro molino más que perdemos, nosotros que vivíamos en el "Valle de los mil molinos". Al desguace, a Fuerteventura, para decorar fincas casi folclóricas. Triste final para estas bellas ingenierías que nos dieron antaño el agua que no nos llegaba del firmamento. Triste final para uno de nuestros símbolos. ¿Nos hemos fijado en la costumbre que se extiende de poblar los jardines, porches, entradas de nuestras fincas o casas, de molinitos de juguete?

Mejor tuviéramos un poco más de fundamento y chaveta y buscáramos la forma de preservar los de verdad que nos quedan o reconstruir los que tengan remedio todavía.

En fin, molino de viento, molino de conocimiento.

palmas

palmas

Una imagen preciosa, tomada en julio de 2005.

A lo peor, dentro de muy poco tiempo, va a ser un lujo ver palmeras, con tanto picudo rojo suelto y tan pocos esfuerzos para detenerlos. Seguro que será mucho trabajo parar a los bichitos, pero más seguro es que es mayor la importancia de nuestra Phoenix canariensis, que nos identifica y en muchos casos nos da nombre. Las Palmas, La Palma, Tamaraceite, Tamarán...

Aprovechemos por si no las vemos más.

pleito

pleito

Esta pelea de lagartos a mordida limpia encaja a la perfección con el ambiente que en los últimos tiempos y abonado por la sátira carnavalesca se siente en nuestras islas.

Uno muerde ahora, otro muerde después. Y mientras tanto los depredadores acechando para acabar con ambos.

¿Cuál es más bonito? ¿Cuál el más grande? ¿Quién mordió primero? ¿Quién el último?

El estúpido pleito insular, siempre en beneficio de pescadores de río revuelto, que nunca termina. Y estúpidos nosotros, que lo alimentamos cada día con bromas, comentarios, con cifras, noticias...

A ver qué fue primero, si el huevo o el lagarto.

cascada salaz

cascada salaz

Esta imagen fue obtenida en Veneguera, a poco de las lluvias del pasado mes de enero.

Se trata de La Piedra del Agua, que le daba el nombre a lo que hoy se conoce como Los Azulejos o Las Cascadas de Veneguera.

¿A que resulta sensual?

A mí me hace pensar en Robert Graves y su Diosa Blanca. Tierra y Agua danzan y se estremecen con lujuria.

Orgásmica.