Blogia
ARTEVIRGO, desde La Aldea, miradas y voces

los cerrillos

los cerrillos

Qué bonitas plantas, con sus espiguitas cimbreantes. Qué sensación de placidez produce el viento cuando las acaricia en ondas. Es una imagen preciosa que puede deleitarnos en muchas partes de nuestra isla.

Pero su belleza nos puede resultar fatal. Son los famosos cerrillos (a los que otros, equivocadamente, llaman "rabogato"). Estas hierbas gráciles, con sus espigas, sus tallitos delicados y sus granitos, están invadiendo -si no se remedia- los barrancos del norte y del oeste de nuestra Gran Canaria. Al parecer llegaron como forraje para bestias o en forma de semillas mezcladas con las de otras plantas destinadas a la explotación agrícola. Al parecer, digo, pero a fecha de hoy se están diseminando a una velocidad alarmante y están invadiendo el espacio natural de nuestras plantas endémicas: tabaibas, veroles, cardones, algodoneras, moralillos, salvias... A este paso esas especies y muchas otras desaparecerán de nuestro territorio, porque donde se reproduce el cerrillo desaparece lo demás. Será difícil erradicarlo: por la lentitud de los remedios y la rapidez de la enfermedad. Voy a ir sacando fotos de lo que sobrevive por ahora a los cerrillos. Por si acaso.

3 comentarios

yaiza1520000 -

Tienen toda la razón,la mal llamada rabo gato es una planta peligrosa.Pasa lo mismo con el picudo rojo.En su momento dejaban entrar por nuestros puertos y aeropuertos todas esas plantas y no se les hacía la revisión adecuada.

artevirgo -

Tienes toda la razón. Es por la orilla de las carreteras por donde más se extiende y avanza.
En cuanto a lo del picudo rojo, está todo el mundo zorrito, ya no resuella nadie, pero los bichos siguen ahí. Y como lleguen a nuestros barrancos, a ver quién los para.

IMAL -

Pero lo peor de todo es cómo actúa la administración ante este alarmante, grave y preocupante asunto.
Por un lado, la Consejería de Medio Ambiente del Cabildo Insular, no para de redacatar proyectos y acciones encaminadas a su erradicación y mientras, por otro lado, la Consejería de Carreteras del citado Cabildo reparte las semillas de esta planta mediante las desbrozadoras que tan magnificamente manejan las cuadrillas de carreteras.
Una actuación verdaderamente patética.
Es un asunto que queda en manos de los ciudadanos y ya es tarde. Así que no nos queda otra que organizarnos, porque detrás está el picudo rojo y no se sabe ya cuántas plagas más.