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ARTEVIRGO, desde La Aldea, miradas y voces

EL CHARCO: LA FIESTA, LA PARRANDA, LA ALEGRIA DE UN PUEBLO

EL CHARCO: LA FIESTA, LA PARRANDA, LA ALEGRIA DE UN PUEBLO
Fue un fin de semana grande; el sábado la Rama, noche grande con gentes venidas de todas partes a disfrutar de la noche aldeana. El domingo fue la emotividad del día principal de San Nicolás coronado con la romería y una noche de víspera que culminaría con la mañana más esperada.

Y así fue, casi sin tiempo para descansar La Aldea despertó este lunes embriagada por el aroma más especial, por el aire más deseado para respirar por los hijos e hijas de un pueblo que cada once de septiembre se levanta en plenitud para reencontrarse con su tradición festiva.

Y así fue, los cestos volvieron a alzarse al aire, los jóvenes y mayores volvieron abrir los armarios para sacar ternos y tocados que iban a remojarse en el charco festivo para cumplir con la tradición.

Este lunes de Charco, volvió a engrandecer a La Aldea, cumpliendo un año más con la Tradición. Primero con ese pasacalles por la calle principal del puerto que quita resacas y tristezas, con los cestos alzados al aire, gritando con fuerza que todos “ Vamos pal charco”.

Mientras la música no dejaba de tocar en el muelle, en el parque Rubén Díaz, amigos conocidos e invitados, iban cogiendo hueco para disfrutar de un almuerzo festivo que sabe a gloria, como el que disfrutó la familia de Matías, presidido por la Tía Elena, Rosa y Blanca, siempre dispuestas a sacar las viandas para dar de comer a todo el que se acercara.

Y es que El Charco es Tradición, Familia y Amistad, y así cuando el volador salió volando a lo alto a las cinco de la tarde, el sentimiento de un pueblo fue pletórico, abriendo sus brazos a los que por primera vez, se remojaban con ganas en el Charco que marca la tradición anual del pueblo.

Después, mientras llegaba el momento de la retirada, algunos aprovechamos para renovar con ganas, el voto de la amistad que se engrandece con esos momentos inigualables que nos ofrece nuestras fiestas más sentidas y con Marcial, Rosa y Perera, la tarde del Charco se hizo noche con ganas de volver a encontrarnos el próximo año, porque ese remojón amenizado por la música y cargado de sentimiento y tradición, merece la pena.

 

Infonortedigital

 

 

 


 


 

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