SEPTIEMBRE
Ha de volver un septiembre
de luz salobre, siempre rompiente.
Entre azules y blancos
de nuestro septiembre
iremos a divisar
los orgasmos de la lava,
sin atender a los cangrejos que bullen
entre caracolas.
Aunque ningún sol es bastante,
aunque ninguno repetirá el prodigio,
un septiembre habrá de ser.
Ha de volver un septiembre
de luz devota, silente.
Por nosotros tendrá un incienso
y en ese tiempo
transitaremos desorientados
entre rituales.
Aunque ningún dios sea bastante,
aunque ninguno repetirá el milagro,
un septiembre habrá de ser.
En un tiempo nuevo
alzaremos el templo
de nuestro océano,
inundando las salinas
de los ojos reunidos.
Tempestades de cristales,
rayos de sal, calor bajo las plantas,
círculos templados por la sangre,
rocas y arenas confiadas
a nuestro abandono.
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