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ARTEVIRGO, desde La Aldea, miradas y voces

MAYO

MAYO

Introito. Dice un refrán que cuando marzo mayea, mayo marcea. Estos días, en mis recuerdos, mayo mayea y está en todo su poderío mandándome imágenes que van, desde la escuela primaria de don Federico hasta Las Tabladas, dando antes un rodeo por La Plaza, Los Llanos y Castañeta.

Durante este mes, hubo una época en la que íbamos a media mañana a la iglesia a recibir la doctrina. Había un juego que comenzaba ya desde el aula y que consistía en portarnos, Palmilla abajo, mejor que nuestras vecinas las alumnas de doña Josefa; las niñas nos lo ponían bastante difícil y yo no recuerdo haber ganado nunca.

Continuaba el divertimiento en el recreo que hacíamos en La Alameda. Jugábamos a carabina, a pico-zorro-terne, a virgo, a pompa y a una porriá de cosas más, entre las que figuraba, para algunos muchachos, la de molestar a Mariquita Salomé, inquilina del lugar y que Dios haya.

Los más previsores (o ricos) llevaban alguna peseta para poder visitar la horchatería de Miguelito León Martín y darse un pequeño atracón de frío placer, aunque sonara al pecado de gula del que hablaba el cura don Juan Quintero.

Estas cosas, y otras propias de la estación, animaban la rutina de los días ya un poco largos y calurosos del mes en curso que casi olía a vacaciones y a verano.

 


MAYO

(Queriendo imitar el estilo de Maximiano Matías, el Guajiro de Peñón Rajao)

Mayo me huele a cruces, a flores y a enramadas. Mayo me suena a estío, me sabe a helado entre galletillas y a sabrosa granizada. Mayo de ir a la doctrina en la iglesia, a la Horchatería Central y a la circunspecta Plaza.

Mayo de Vieja Alameda llena de niños que de jugar no se cansan, mayo de regañizas a Salomé, de cuatro esquinitas siempre lejanas, de virgo oculto, de tonta y repetitiva pompa, de perrogato, de sonso pico-pico-meyorico, de churrulín mi casa. Mayo de alegre y vertiginosa carabina:

-Tú te quedas, la pido, estoy por raya... ¡destápula!

Mayo me suena a sonsonete religioso, pláticas de los padritos y a coral de media mañana:

-"Si voy a las Misiones no te descorazones que entre rezos y canciones, madrecita vivirás..." Mayo me huele, me suena y me sabe a ritos, a devoción, a chiquillería jugando, a tardes largas y cruceros cuajados de olorosas ramas:

Subiendo por Castañeta, bordeando su barranquillo, en santa caminata van: grandes, medianos y familios. Andan portando flores cogidas por todos sitios: pajicos, melosillas, margaritas silvestres, salvias del barranco, papeleras, santamarías y melindros.

"Venid y vamos todos", cantan rayando el umbral del grito y, con su afán de ser los primeros, se animan los peregrinos. Descansan aquí, aligeran allá y llegando al Calvario Chico menguan las meriendas y refistolean las talegas los chiquillos; suspiran de cansancio y de pasión las madres al verlos hacer su mismo camino.

 


 

Encima de Las Tabladas, de la montaña en el mismo filo, se yergue abriendo sus brazos la que fue martirio del Cristo. Postrados allí a su pie rezan un rosario sencillo y suspiran con pena de nuevo las madres pensando en los que ya no están, en los que ya se han ido.

Bajan más tarde los fieles desandando el camino, cansados pero satisfechos llegan ya a Chaparra y se desparrama el gentío. Muestran sus caras alegres y las vuelven haciendo un giro: miran y se santiguan al ver al condenao Pipo que, queriendo cubrir el madero, se engalia con desatino en una tonga de piedras mal puestas en el borde mismo del risco.

Hay riesgo en lo que hace pero no corre ningún peligro, pues se agarra a la cruz de mayo, lo protege su ángel de la guarda y lo cuida el Todopoderoso Amor Divino.

Algunos días más tarde, allá por san Isidro, oigo su cometilla pregonando por mi barrio el mantecado frío. No se cayó de la cruz, tuvo suerte el rejodíngano; tuvimos suerte nosotros también, los fieles devotos del helado de Miguelito.

Mayo -con sus olores, con sus sabores, con sus sonidos de Vieja Alameda repleta de familios- me huele a flores y enramadas, me sabe y me suena a estío, a fría horchata, a vertiginosa carabina, a las cuatro esquinitas de La Aldea y... a la Cruz del Siglo.

Enrique García Valencia (guajiro diletante), La Aldea 2007.


14 comentarios

Enrique García Valencia-Sajarita -

Ni Sajarita ni zajorín, este verano toca Rejonia y su panzaburro; de bueno ha sido que no estuviera en La Aldea pa' no morirme de rabia (como los pájaros pintos).
El jocico me llega al totiso ca' vez que leo tus mensajes, gracias y ... memorias tantas.

Jesús G. Valencia -

QUERIDO ENRIQUITO ESTARAS ASOMBRADO POR ESTAR LEYENDO ESTE COMENTARIO PUES SABES QUE YO LOS ESCRIBO CUANDO ME DA EL PUNTO.Y ES QUE YO ME COMPARO MUCHAS VECES CON LA SAJARITA.Y LO HAGO PARA AGRADECERTE QUE CON TUS RECUERDOS ME HACES RECORDAR LOS MIOS Y QUE EN ESTOS DIS DE TRISTEZA AL VER QUE LO MAS BONITO Y HERMOSO QUE TENEMOS ARDE Y MUERE.PERO QUE GRACIAS A LOS RECUERDOS ESTARA SIEMPRE IGUAL.GRACIAS ENRIQUE Y DEJATE VER EL JOSICO Y NO SEAS COMO LA SAJARITA.UN ABRAZO

Enrique el de Demetria -

Alzo mis voz y pregono
que da gusto oirte
con tu clara voz inmaculada,
paterna herencia que te sirve:
para cantarnos como un ángel
y mostrar su vena con lo que dices...y escribes.

Inmaculada G. M. -

Tienes la virtud de poner la palabra exacta a la emoción y el disfrute del recuerdo compartido.
No puedo menos que agradecer que te hayas sumado a esta tribuna, donde espero nos sigamo encontrando.
Para tí esta coplilla que aprendí de Carmita Ruiz:

"Alza la voz, pregonero,
que me da gusto de oirte.
Pareces ángel del cielo
que sólo a cantar viniste"

Pepita Garcia Valencia -

Yo añadiría al escrito de Enrique (mi hermano) que me acuerdo de casi todo lo que escribe pero si algo se me pasa por alto, se que el lo recuerda porque como he dicho en alguna ocasión el es la memoria de nuestra infancia en la aldea. yo también recuerdo las flores que mis tías carmen y Josefa plantaban en la orilla de la acequia que tanto servían para mi tía Carmen hacer las coronas o para llevar en mayo a la iglesia o a la cruz,recuerdo subir cantando la canción de moda en la que yo podría tener 7 u ocho años que era aquella de en una jaula de oro pendiente de un balcón ..... me acuerdo de los juegos en la plaza y de mas juegos que mi padre nos hacia para nosotros y para nuestros vecinos como sancos de madera , alguna carrucha de madera en la cabíamos todos y cuesta abajo y sin frenos llegábamos de el almacén de los picos al tanque de Juan Herrera. en el escrito de Nestor León recuerda también a su padre y todas la cosas que hizo y yo tengo que recordar que en una cabalgata de reyes que su padre promovió yo conocí por primera vez a el rey Melchor mas guapo que he visto nunca montado en un caballo,Angelito Navarro, que en paz descanse. En fin, que cuando leemos algún escrito de Enrique la memoria se nos dispara y el que mas y el que menos recuerda algún pasaje de su infancia.
Pepita (de las Briginias)

Benjamín González -

La prosa poética de Enrique tiene la particularidad de que refleja unos hechos y al mismo tiempo muestra su forma de ser, la cantidad de inteligencia emocional que él tiene (infusa y cultivada). Si los comienzos te atrapan y te hacen seguir leyendo, los finales te dejan un regustillo a querer más de lo mismo. Me gustan especialmente ciertos pasajes que copio para releerlos. Se nota que soy un amigo, un abrazo fuerte; la poesía para Héctor estaba delquince.

Benjamín González -

La prosa poética de Enrique tiene la particularidad de que refleja unos hechos y al mismo tiempo muestra su forma de ser, la cantidad de inteligencia emocional que él tiene (infusa y cultivada). Si los comienzos te atrapan y te hacen seguir leyendo, los finales te dejan un regustillo a querer más de lo mismo. Me gustan especialemente ciertos pasajes que copio para releerlos. Se nota que soy un amigo, un abrazo fuerte; la poesía para Héctor estaba delquince.

Marta -

Ya apenas se ven cruces adornando las casas cuando comienza mayo. Mi abuela siempre la pone y yo le ayudo. Dice ella que el guajiro de Peñón Rajao estuvo hasta preso en Guía por lo que escribió una vez. Carabina era jugar a la cogida y virgo al econdite, todavía se hace porque hay cosas que no cambian. Un besote de la rubia.

Néstor José León -

Gracias muchas, Enrique, por tus hermosos recuerdos en los que aparece mi padre, Miguelito León, como uno de sus protagonistas. Su mención en tus escritos constituye un "homenaje" a todo un aldeano de pura cepa, por lo que también te expreso mi gratitud. Sin embargo, y con tu permiso, contabilizaría entre sus actividades, no sólo aquellas que se corresponden con el heladero, sino al agricultor, al cantante de las "Ave Marías" de todas las bodas y Misas de Requiem -en los funerales-, al promotor de las antigua Cabalgata de Reyes Magos en nuestro terruño, al fundador de las Galas del Charco y la rondalla "Alas del Nublo", con la que se inauguró este espectáculo popular, al director del Coro de la Aldea (me refiero al que cantaba la Misa de Sacramento, de Mozart, y era solicitado por todos los pueblos de la isla), al que se le derretían los helados cuando había que sacar el hielo de la conservadora para calmar los dolores de media Aldea, al compositor de algunas de las canciones más representativas de nuestro pueblo (sin obviar las inolvidables compuestas por el amigo Oscarito Valencia)... En fin, prefiero no seguir enumenrando su sinfín de actividades aquí porque la verdad es que Miguelito, el de la Horchatería Central, merecería algo más que ser mencionado en un contexto, hecho que siempre, como hijo suyo, agradezco inmensamente. Y hablando de otra cosa, es una pena que ese "sabor a pueblo" que tanto añoramos se vaya perdiendo de manera tan radical. El primer semáforo que me salto en rojo, en toda mi vida, fue el del Albercón, en mi propio pueblo (pero no se chiven a la Benemérita); pensé, al principio, que se trataba de una broma, o que había una cámara oculta de esas de algún programa de humor de la TV. Pero, luego, me di cuenta de enorme deterioro de la calle en ese tramo. Cuando llegué a mi casa pensé en todo lo que tú expones en tu escrito. ¿Te acuerdas, Enrique, de los domingos de alpargatas? No de aquellos domingos de mayo, sino de los del mes de septiembre; de esos domingos y días festivos próximos a nuestras fiestas populares. Pues bien, en agradecimiento por ese maravilloso paseo por la senda de los recuerdos que nos brindas a muchos aldeanos, quiero dedicarte el siguiente poema de mi libro "Mis islas y el mar" que, creo, podría ser un humilde complemento al escrito nostálgico sobre esos eventos de MAYO, en la Aldea:
ERAN BARCOS DE PAPEL/ EN LOS PUERTOS DE CAÑA,/ VARADOS EN LA ACEQUIA/ LOS JUGUETES DEL AYER./ CAMIONES DE MADERA,/ COCHITOS DE TUNERA,/ LOS TENIQUES O LAJAS,/ PELOTILLAS DE TRAPO/ Y, DE TRAPO, MUÑECAS/ PARA JUGAR LAS NIÑAS./ TIRACHINAS DE HIGUERAS/ -PESADILLAS DE GATOS-,/ TERRORES DE LAS RANAS... Y LAGARTOS/. CHARCOS EN LOS BARRANCOS./ LUCES DE GOMA Y LATA./ "DOMINGOS DE ALPARGATAS"/ PARA IR A LA IGLESIA POR LAS CALLES DE BARRO/ Y, EN LAS FIESTAS DEL PUEBLO,/ PIÑATAS, CARAMELOS.../ ¡¡Y CARRERAS DE SACOS!!

Un abrazo de Néstor José León. E-mail: njleon@dde.ulpgc.es

José Barrameda Hernández -

Don Enrique fue mi maestro durante cinco cursos, en uno de ellos escribió para la clase en el dia del árbol "El verol sediento" que todavía guardo. Ahora somos vecinos del mismo bloque y nos vemos con frecuencia. No cambies Enrique. Sigue escribiendo de esas cosas.

Mary Luz -

De mil maneras estas convirtiendo tus bellas palabras en recuerdos privilegiados de mi infancia.Me haces caminar serena y alegre a tu lado.
No olvides que muchos esperamos seguir tu sombra por el camino de los recuerdos.
Gracias

Mª Luisa Quintana Hdez -

Muchas gracias amigo Enrique por hacerme recordar con tu escrito, las vivencias de mi infancia en nuestro querido pueblo de La Aldea.
Un saludo

Enrique García Valencia -

Aunque vivimos en el Presente Continuo, a mí me gusta con-jugar también el pretérito anterior e incluso el pasado plus-cuam-perfecto. Todos esos tiempos me sirven y me dan herramientas útiles para atisbar el venidero futuro simple. Los escritillos son una llave que podría abrir la caja de los relápagos del Recuerdo Colectivo, un divertimento de épocas idas y jubilosas, de un presente agradable que no deja de manar.Los textos no apuntan muy alto, sólo quieren ser la espoleta que ayude a disparar nuestras propias remembranzas agradables y nos hagan pasar unos buenos ratos estimulantes. Gracias tantas por conectar.

Marcial -

Cuántos recuerdos y remembranzas sabes traer, Enrique. Tienes el don de atesorar las emociones de un tiempo feliz de algarabías por la alameda, los barrancos, las acequias y los callejones de aquella aldea que solo queda escondida entre nuestras nostalgias.
Las brisas y los olores de mayo vuelven contigo, y paladea uno de nuevo el regusto pegajoso de los helados artesanales.
¿Era todo aquello un mundo ideal que perdimos? No quiero ser yo quien desprecie el presente. Seguro que los niños y jóvenes mirarán con el paso de los años con parecida añoranza lo que les toca vivir hoy. Pero qué sabe tener memoria y de la buena. De la que se queda con todo lo mejor que sentimos en esos tiempos que quedan abajo, al mismo principio de la tonga de vivencias.
Gracias de nuevo por compartir tanto conocimiento que tienes.