la aldea de san nicolás, restitución de un nombre centenario
Los asistentes al que fuera Moderno Cinema, actualmente la Casa de la Cultura, desbordaron las previsiones de la organización y abarrotaron su aforo; se contó con la presencia de una nutrida representación de personas destacadas de la política, la economía, la educación y la cultura aldeanos y foráneos, entre los que se podía ver a expresidentes del Gobierno de la Comunidad Autónoma de Canarias, miembros de la Corporación Cabildicia, numerosos alcaldes y concejales de municipios de Gran Canaria así como el alcalde de la Villa de Candelaria, senadores y diputados.
Asistieron además la mayoría de los miembros de las corporaciones municipales formadas desde la Transición Democrática hasta el día de hoy, diversos pregoneros de las fiestas patronales en honor a San Nicolás de Tolentino, el párroco anterior, Manuel Reyes Brito, que fue recibido a su entrada con una gran ovación, hoy destinado a la parroquia de Teror, el actual, y el apreciado sacerdote, hijo del pueblo, José Rodríguez, aldeanos, en fin, de nacimiento o de corazón.
Se culminaba así un proceso que se inició allá por el año 1991, con la moción presentada en pleno por el concejal José Miguel Rodríguez Rodríguez, aceptada por unanimidad de todos y convertida en causa común del consistorio. Se trataba de devolver un nombre que sólo se había sustituido en los documentos oficiales, puesto que en el sentir y el quehacer diario, los aldeanos y aldeanas nunca dejaron de llamarse de esa manera y siempre consideraron a su tierra como La Aldea de San Nicolás. Pero por diversas razones fue en el año 2005, con una nueva corporación que recogió el testigo de este acuerdo añejo, cuando se aceleró y culminó el proceso de restitución del topónimo.
La celebración comenzó con la proyección de un documento audiovisual en el que se mostraba un recorrido fotográfico por imágenes antiguas y actuales de personas, paisajes y acontecimientos, dedicado a todos los aldeanos y aldeanas de nacimiento o de residencia, en especial a los que ya no están.
Esta presentación generó un clima de emotividad que subió bastantes grados tras la interpretación de un popurrí de canciones del repertorio aldeano, a cargo de los componentes de la banda Aires de La Aldea, con la voz solista de José Cubas, dirigidos por el doctor Néstor José León.
Acto seguido, intervino el cronista oficial, Francisco Suárez Moreno, quien pronunció una breve elocución en la que hizo un repaso de la toponimia de la zona, en sus orígenes y sus cambios, hasta desembocar en los diferentes nombres que ha tenido o ha podido tener esta zona geográfica. Comentó, también, los pormenores del cambio de denominación y señaló diversos informes y documentos que, a pesar de ser contrarios a aquel cambio, no fueron tenidos en cuenta. Pero hizo bastante hincapié en no convertir al acto que reunía a los presentes en una ocasión para el reproche o la acritud.
Se procedió después de sus palabras a citar a los concejales, alcalde y secretario del Ayuntamiento de aquel 1991, para, una vez leída el acta de ese pleno histórico, proceder a reconocer su labor y entregarles sendas placas conmemorativas de la celebración.
Tras la actuación entrañable del cantautor aldeano Óscar Valencia, quien ha compuesto muchas piezas musicales ya asimiladas a la cultura popular aldeana, se invitó a acceder al escenario a los miembros actuales del pleno concejil, a los que también se les entregaron placas conmemorativas.
Tomó la palabra el alcalde, Tomás Pérez Jiménez, para en un breve y ponderado discurso referirse al acto como un hecho histórico que debía propulsar la unidad de todos los habitantes de este municipio, unidad que caracteriza la idiosincrasia de La Aldea desde tiempos remotos, ante los retos que impone el presente y el futuro, en especial ante la mejora de las comunicaciones que ayuden a superar el aislamiento secular. Reiteró la buena fe y la falta de acritud hacia las personas que en su momento propusieron el nombre de San Nicolás de Tolentino y finalizó haciendo notar los grandes cambios que se han producido por la llegada de tantas personas emigrantes, y apostó por la integración y la hospitalidad como características irrenunciables de los habitantes de La Aldea de San Nicolás.
Mostró el munícipe la gratitud a cuantas personas colaboraron en la organización y celebración del acto y dio paso al broche de oro: la actuación de Nostalgia Aldeana, un grupo musical que se volvió a reunir para ofrecer a los asistentes, entre otras canciones, el himno sentimental de este pueblo, cuyo nombre comparte: La Aldea de San Nicolás.
A la salida, bajo los destellos de los fuegos de artificio, esperaba a todos una calle real engalanada con luces y abastecida de viandas y bebidas para brindar por el acontecimiento.
Fotografías de Francisco Suárez Moreno
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Mª Luisa Quintana Hdez -