Blogia
ARTEVIRGO, desde La Aldea, miradas y voces

PAISAJES EN EL RECUERDO (III). Los Cascajos, el San Nicolás y el Imperio

PAISAJES EN EL RECUERDO (III). Los Cascajos, el San Nicolás y el Imperio

 

Anoche fui a Los Cascajos, al primer partido de fútbol federado, entre el Imperio y el San Nicolás, que no se enfrentaban desde hacía por lo menos medio siglo, tras la reciente refundación del Imperio.
Bajé por El Callejón acompañado de Encarna, la de las Seguidillas, que me habló su presente cargado de pasado junto a Ofelio y su guitarra que ya no suena y sus cosas ya intagibles. Fue toda su conversación hasta la puerta de casa, en el camino de Los Cascajos, que según ella en nada se parece al de hace pocos años. Continué hacia el Polideportivo y tenía toda la razón Encarna: no había nada del pasado más reciente. Y menos aún de aquel caminillo que desde La Plaza conducía a Los Cascajos Bajos hasta el Barranco, entonces jalonado de piedras, cañas, higueras, nispereros, mangueros y con varios “tanquillos” recibiendo el agua fresca de sus pozos, elevada por motorcillos agonizantes, donde limos, ranas, caballitos y demás elementos de su ecosistema sólo están los recuerdos; caminito que cerca del Campo de Fútbol (entonces en dirección Este-Oeste) por donde más cascajos había, contaba con un frondoso especiero del Cabo Ignacio, donde hoy se halla la entrada al gran complejo deportivo. Todo se ha borrado, como se borran las generaciones de gentes, para redibujarse en su lugar los actuales edificios públicos, los aparcamientos, el ajetreo juvenil… que dan otro soplo de vida al lugar.
Ya en el Campo de Fútbol me encontré con la luminosidad de los focos sobre el brillante y verde césped artificial. Los dos equipos estaban alineados y, sin darme tiempo a colocarme, el pitido del árbitro ordenó el comienzo del encuentro. Había llegado a la hora en punto, sin tiempo para pensar y analizar el primer encuentro, cincuenta años atrás, cuando el primer equipo del San Nicolás se enfrentó, en su presentación, al ya experimentado Imperio, en el campo de fútbol que estaba junto a La Sociedad, en el Llano de Los Calixtos. Qué lejos se encuentra a veces el ayer cuando realmente lo tenemos cerquita, porque la vida es muy corta aunque se viva cien años, que por ahora son pocos, los que rebasan ese listón.
De aquel primer partido del San Nicolás con el Imperio, diré que lo viví intensamente. Por entonces yo tendría ocho años, con lo que pudo ser hacia 1957-1958. El equipo representativo del pueblo era el Imperio, que había absorbido a los mejores jugadores de los equipos locales anteriores, el Imperial, uno de ellos, el equipo de mi zona.
Aún recuerdo aquella escena: detrás del mostrador de la tienda de mis padres, Jacinto Suárez, tío de Tomás Suárez, el actual entrenador del nuevo Imperio; Manuel Santana, mi padre y otros, todos fallecidos, trazando los planes para la creación de un nuevo equipo que se llamaría San Nicolás, en honor al santo patrono y que, a tal efecto, llevaría los colores amarillo y negro. También me viene a la memoria cuando fui con ellos a la tienda de Isidrito Sosa, a hacer la compra de las telas para confeccionar el equipaje. Para el nuevo equipo se diseñó, como emblema, un escudo triangular con fondo negro y bordados amarillos del nombre del equipo y la paloma de San Nicolás. Ya ven: este sería el origen de los colores representativos oficiales de nuestro municipio.
A lo que íbamos. El primer partido entre el San Nicolás y el Imperio. Se celebró, como ya dije, en el campo del Llano de Los Calixtos, junto a la Sociedad. En aquella ocasión, se abarrotó de gente, aficionados, sobre todo de abajo, seguidores del desaparecido Imperial, que se habían incorporado al nuevo proyecto. Se enfrentaba a un equipo poderoso como lo era el Imperio, que en la temporada siguiente se proclamaría Campeón de la Liga Regional de la Zona Norte.
En la presentación oficial del San Nicolás, sus jugadores hicieron un gran esfuerzo en el juego a sabiendas de que eran notablemente inferiores al Imperio. Realizaron una gran proeza al empatar a un gol en el campo de su adversario. Aún recuerdo el gol del empate, entre las piernas de los mayores, en una “melée” de jugadores y polvo, Fefo Navarro Casas anotaba el gol histórico. Mi padre, secretario del club; Manuel Suárez Déniz (Manuel Santana), el Cajero y responsable del material y Jacinto Suárez, Presidente… de regreso, carretera abajo, hablaban muy satisfechos de lo que sus jugadores habían hecho aquella tarde, todos ellos hoy personas jubiladas y algunas desaparecidas. Recuerdo a Juan Rosa, el de Laso; Perico y Juan, los de Pancho Marta; Susano, el del Albercón; Juan y Tomás, los de Marcelino el de Seña Paula, Fefo Navarro; Mateo, el de Antonio Cabrera; Vicente, el de Zacarías, etc.
Anoche, en Los Cascajos, en el transcurso del encuentro, me acordé de todo esto, quise trazar analogías pero nada, nada me cuadraba. El Imperio, esta vez, se presentaba como equipo nuevo, aunque el San Nicolás lo hacía también como filial del principal, un club consolidado y representativo del municipio. No encontré la expectación apasionada del ayer ni siquiera el recinto alcanzaba el llenazo de hace cincuenta años en el Llano de Los Calixtos. Las aficiones de los equipos actuales aparecían completamente desdibujadas de las tradicionales localizaciones espaciales de antes, cuando los seguidores del Imperio se localizaban entre la gente del “pueblo”, mientras que los de aquel primer San Nicolás se hallaban entre “los de abajo”. Esperaba encontrarme al nuevo Imperio con sus colores rojo y negro pero se presentó con equipaje de color azul, no sé por qué. El espacio de juego, lógicamente se presentaba distinto, en este Polideportivo de Los Cascajos con parámetros tecnológicos y sociales que de aquella época a la de ahora presenta distancias abismales: césped artificial, iluminación nocturna, vestuarios con agua caliente, altavoces, cámaras de televisión, transmisión por radio local, anuncios publicitarios, asientos de material plástico…
Y si analizamos a la gente vemos cómo el tiempo dice más que nunca que él no se detiene y que lentamente va dejando atrás generación tras generación. Yo creo que se podían contar con los dedos de la mano quienes, anoche, repetían la experiencia de un nuevo encuentro entre dos equipos como el San Nicolás y el Imperio. Pudo haber más gente mayor, pero por mi alrededor sólo recuerdo que vi, entre otros, a Juan Ojeda y a Manolo Suárez, excelentes jugadores del Imperio y probablemente entre las más importantes viejas glorias, a Tomás el de Pepe Ramos, que no recuerdo si fue jugador.
Para acabar, ni el resultado fue el mismo, pues resultó ganador el equipo filial del San Nicolás representativo, en la categoría preferente. Pero nada hay que lamentar; las cosas son como son y nunca deben ser iguales. Todo evoluciona; esperemos que en positivo lo hagan estos nuevos proyectos deportivos.
En La Palmilla a 23 de septiembre de 2006.
IMPERIO
Alineación del Imperio 2006-7
SAN NICOLÁS
Alineación del 2º equipo de la U.D. San Nicolás, 2006-7
©Texto e imágenes: Francisco Suárez Moreno

1 comentario

Mª Luisa Quintana Hernández -

Muchas gracias por tu escrito tan educativo como siempre.
Un saludo
Mªluisa Quintana Hdez